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EIDEN'S LOST SISTER (NOVELA)


Eiden es un joven espadachín que está a punto de graduarse en la Academia Militar de Börstad, el pequeño pueblo en el que vive con su hermana Alysa. Sin embargo, un terrible incendio horas antes de la graduación y la desaparición de su hermana convertirán ese día tan especial para Eiden en el trágico inicio de un largo viaje para recuperarla.



ÍNDICE






CAPÍTULO 1 - LA GRADUACIÓN (I)


(17 de Mayo de 1674, 08:00)

Eran las ocho de la mañana y la luz del Sol comenzaba a entrar por la ventana. Comenzaba así un día brillante, como también lo sería el futuro de Eiden cuando esa tarde se graduase en la Academia Militar de Börstad.

Börstad era un pequeño pueblo ubicado a unos 5 kilómetros al oeste de la costa. Un frondoso bosque lleno de vida y color cubría todo el norte, mientras que hacia el sur se alzaban diversas colinas desde las que podían observarse todos sus rincones. Börstad apenas tenía un centenar de habitantes y sus servicios eran escasos. Había una iglesia, un orfanato y varios comercios locales, pero lo que más llamaba la atención era su Academia Militar, que atraía a jóvenes de pueblos cercanos que soñaban con unirse al ejército real. Sin embargo, hacía tiempo que no enviaban nuevos instructores y solo quedaban algunos veteranos que, aun débiles de salud, seguían compartiendo sus conocimientos con todos ellos.

Eiden vivía en una pequeña casa a las afueras. Se ubicaba al noreste, aproximadamente a un kilómetro del resto de la población. Era un lugar aislado y tranquilo con excelentes vistas del pueblo. Además, a lado y lado de la casa se extendía el bosque, por lo que había crecido rodeado de naturaleza y siempre le había encantado ese lugar. Tras la muerte de sus padres cuatro años atrás, su única compañía en esa vieja casa llena de recuerdos era su hermana Alysa, a quien juró proteger el resto de su vida ahora que solo se tenían el uno al otro.

Con eso en mente, entrenó sin descanso hasta que logró superar las pruebas de acceso de la Academia Militar. Después de un año enfrentándose a duras clases y ejercicios, habiendo derramado sangre, sudor y lágrimas por el camino, hoy era el esperado día en el que finalmente sería recompensado por todo el tiempo y esfuerzo que había dedicado a convertirse en alguien fuerte y fiable capaz de proteger a los demás. Sin embargo, a Eiden le esperaba una desagradable sorpresa que nunca se hubiera imaginado...

Él se dirigía a la cocina para desayunar pero, al oír que su hermana Alysa lo llamaba, cambió de rumbo en dirección a su habitación. Al llegar, la encontró tumbada en su cama con una clara expresión de malestar.

Inmediatamente, se sentó a un lado de la cama preocupado por su estado de salud.

Eiden puso su frente contra la de su hermana, tratando de averiguar si le había subido la temperatura.

Con un cierto nerviosismo, Alysa replicó:

Eiden entendía el sentimiento de su hermana, pero durante la mañana se iban a celebrar distintas actividades conmemorativas en la plaza del pueblo en las cuales tenía pensado participar junto a sus compañeros de promoción.

Elistard era un chico bastante corriente de cabello castaño y ojos marrones. Sin embargo, su alta capacidad de aprendizaje y sus habilidades de combate lo habían convertido en el mejor de su curso. Era un bonachón y la mayoría de sus compañeros le respetaban, pero también había quienes, precisamente por su buena fe, se aprovechaban de él y le encasquetaban tareas que no le pertenecían.

Quizás tenía razón, pero hoy era su día y quería estar allí de buena mañana para disfrutar del ambiente y la compañía. Es por eso que, con delicadeza, trató de disuadir a su hermana.

Alysa era consciente de que Eiden, como su hermano, sentía una gran debilidad por ella y estaba dispuesta a aprovecharlo para conseguir su propósito. Es por eso que, mirándole fijamente, comenzó a hacer pucheros para ablandarle el corazón.

Aunque sabía que Alysa solo intentaba darle pena, el amor por su hermana acabó pudiendo con él.

Alysa sonrió victoriosa y se acurrucó en la cama esperando a que su hermano se fuese. Eiden soltó un suspiro de resignación y comenzó a caminar hacia la cocina.

Alysa removió las sábanas y, asomando un poco la cabeza, respondió:

Aunque en un día tan especial le hubiera gustado desayunar con ella, Eiden no insistió y lo aceptó con resignación.

Eiden se sirvió un vaso de leche acompañado de una rebanada de pan. Su situación económica era complicada y no abundaba la comida en casa. Desde que sus padres no estaban habían tenido que buscarse la vida ellos mismos. Hicieron un pequeño huerto en el jardín que les permitió cultivar algunos alimentos con los que sobrevivir, pero no era suficiente.

Los primeros meses no fueron tan duros gracias a los ahorros de sus padres, pero el dinero pronto escaseó. Alysa comenzó a trabajar en la taberna del pueblo para conseguir algunos ingresos, pero esa no era la vida que Eiden quería para ella. Es por eso que decidió inscribirse en la Academia Militar para más adelante poder unirse al ejército real y dejar atrás los días de miseria.

Acabado el desayuno, Eiden recogió la cocina y se encerró unos minutos en su habitación para ponerse el uniforme de la Academia. Después, fue al baño y se arregló el alborotado peinado con el que se había levantado. Al igual que su hermana, los ojos de Eiden eran verdes y su cabello tenía un bonito color caoba, siendo un chico bastante apuesto. Sin embargo, siempre estaba tan centrado en el entrenamiento que su apariencia quedaba en segundo plano. Pero hoy era un día especial, así que dedicó un buen rato a arreglarse para la ocasión. Hecho esto, ya estaba preparado para salir así que se dirigió a la habitación de su hermana para despedirse de ella.

Envuelta en las sábanas, ella respondió bien alto con voz alegre:

En cuanto escuchó el ruido de la puerta al cerrarse, Alysa echó las sábanas a un lado y se levantó de la cama. Con pasos lentos caminó hasta la ventana de su habitación, desde la cual pudo ver a Eiden alejarse poco a poco de allí. Unos segundos después apartó la mirada y suspiró con tristeza, aunque también aliviada, preocupada por la terrible amenaza que pronto acabaría con la pacífica vida que tenían en Börstad.


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